(Virgina Quezada) - Mediante envenenamiento, así ha quedado demostrado, luego que el Juez de la causa Alejandro Madrid, quien instruye el proceso judicial desde el año 2002, en días pasados haya caratulado el expediente como HOMICIDIO y acuso en calidad de autores materiales y cómplices a un equipo de seis médicos encabezados por el doctor Patricio Silva Garin,

que la fecha de los hechos, cumplían funciones paralelas en la DINE, Dirección de Inteligencia del Ejercito, y como encubridor a un civil que fue informante del mismo organismo de inteligencia. La noticia ha golpeado en forma brutal y dolorosa la conciencia de los demócratas de nuestro país, ya que si bien, desde hace algunos años circulaba la hipótesis de que Frei Montalva había sido envenenado cuando en noviembre del año 1981 se sometió a una simple cirugía abdominal en la Clínica Santa Maria de Santiago, de la que no se recupero hasta culminar con la muerte del estadista por “septicemia generalizada” acaecida en enero de 1982. Con la resolución del Magistrado, esta ha cobrado calidad de verdad jurídica luego de minuciosas investigaciones policiales y de las pericias científicas realizadas, entre otras, por la doctora Laura Borguel, quien realizo los análisis pertinentes en el laboratorio US ARMY del Departamento de Defensa de USA. Los exámenes practicados en el pelo y restos de cerebro del ex Presidente, detectaron la presencia de dos sustancias altamente letales: TALIO y GAS MOSTAZA. Los resultados de los análisis de la doctora Borguel, fueron enviados a Institutos especializados de Suecia, Inglaterra y Finlandia, para verificar su exactitud. Finalmente, las conclusiones están en un Informe de mas de trescientas paginas agregadas al expediente y se pudo establecer que al estadista Frei Montalva se le aplicaron estas sustancias en bajas dosis, pero reiteradas en el tiempo. Las sospechas de la familia, sobre las verdaderas causas de la muerte de Frei, surgen cuando toman conocimiento de los irregulares procedimientos post mortem que se le practicaron al recién fallecido, procedimientos realizados por personal medico ajeno a la Clínica, y que infringieron los protocolos establecidos en la legislación civil-sanitaria. Fue el año 1980, después del Plesbicito en que se voto la nueva Constitución elaborada por el Gobierno de Pinochet, para perpetuarse en el poder, obtenido mediante el golpe militar que derroco al Presidente Salvador Allende en septiembre de 1973, que Eduardo Frei Montalva, fundador y militante de la Democracia Cristiana chilena, quien se convirtió en el líder natural de la oposición pacifica al régimen de facto instalado en Chile, cuando intervino en una Asamblea popular realizada en el Teatro Caupolican, para manifestar su repudio al acto eleccionario llevado a cabo sin las mínimas garantías constitucionales para los electores, que concurrieron a las urnas bajo la amenaza de las armas, sin Registros de electores, ni Colegios escrutadores en un acto obviamente viciado, pero que dio por aprobada la Carta Fundamental. A partir de ese momento el destino de Frei Montalva quedo sellado y se convirtió así, en otra victima más de la siniestra práctica desarrollada sistemáticamente por el régimen de Pinochet, cual era el exterminio de cualquier opositor que movilizara al pueblo para resistir a la dictadura. Han debido transcurrir 27 años para que la familia del estadista y el país entero conozca la verdad atroz de este crimen horrendo, el asesinato de un ex Presidente de la Republica, que se suma a las muertes de otros miles indefensos ciudadanos, que osaron alzar la voz y organizarse para luchar por el restablecimiento de la democracia en Chile. El transcurso del tiempo y pese a los esfuerzos desplegados por los últimos gobiernos democráticos para restablecer el pleno imperio de los derechos humanos, aun no cura las heridas y los dolores que dejo tras de si la dictadura que gobernó el país por casi 20 años. Que este episodio macabro de nuestra historia, sirva para recordarnos permanentemente que debemos cuidar la democracia con todas nuestras fuerzas y esperanzas. No debemos olvidar que la democracia se construye con la participación de todas las tiendas políticas, sin exclusión. No debemos olvidar que la educación en primer lugar y la justicia y equidad social son las herramientas, para su efectiva protección. No debemos olvidar que las demandas de los sectores marginados necesitan hoy ser escuchadas.Verdad, justicia y memoria. Virginia Quezada.