Estimada Antonina:

Desconocía hasta mi viaje, la naturaleza de un Congreso político, sumándole a su complejidad, el pluralismo de comunidades que en él vi sumidas. Sin embargo, y en razón de lo que el pasado Congreso despertó en mí, me resulta evidente su éxito, la claridad con la que fue expuesto y manifestado por cada individuo. Retornan destellantes a menudo a mí, las ideas debatidas:

Todo resultaba extraño, la vida en mi escolaridad me revelaba con insistencia la identidad cultural, histórica, social, política y comercial de mi país, y de la provincia de Mendoza. Vivir mencionada identidad me conmovía. Mucho aprendí y aprehendí a mis saberes en cuanto a pasado Ítalo-Americano, a las costumbres argentinas heredadas, a la physis de nuestra poderosa actividad comercial, a nuestro potencial desarrollo, a nuestras falencias y proyectos del devenir. Gusté mucho de la solemne objetividad, presentación y expresión de los disertantes quienes nutrieron con gran efecto nuestras capacidades e inquietaron la curiosidad de muchos, incluyéndome. No creo en la necesidad de enfatizar el éxito de este Primer Congreso Ítalo-Argentino; quizás solo sea oportuno objetar que para convocaciones ulteriores, la presencia juvenil se logre de manera más amplia y participativa. En efecto, la celebración de este primer llamado a la Italianidad traerá con seguridad nuevos aires de juventud en el futuro. Agradezco por miles la invitación de la que USEF me ha provisto. No podría arrepentirme nunca de haber vivido mi primera experiencia en materia política y administrativa. No menos debo agradecer su hospitalidad, Señora Antonina, que con cariño nos recibió cálidamente en su hogar; aprecio infinitamente el valor de su generosidad y su gran cultura, dignísima de nuestra Madre Patria. Con gran recuerdo y afectividad, le saludo desde mi tierra Mariano Nicolás Leones - Paraná, Entre Ríos.