(Ignazio Saenz Purello) - El 31 de Abril murió Raúl Alfonsin, apenas conocidas la noticias, multitudes comenzaron a rondar su casa en Buenos Aires. El pueblo comenzó a referirse a él como PADRE DE LA DEMOCRACIA ARGENTINA. El gobierno nacional, todo el arco político argentino comenzó a rendirle homenaje y a tomar ese titulo que solo la sabiduría de los pueblos pueden sintetizar.

 Simultáneamente el Gobierno de Cristina de Kirschiner decreto 3 días de duelo y honores de presidente en ejercicio. Sus restos mortales solo podían estar en el lugar de un político de su talla, el Congreso de la Nación. Las puertas se abrieron y mas de 100.000 ciudadanos comenzaron a desfilaron ante su féretro. Todos los ex presidentes argentinos se hicieron presentes, como así también presidentes y ex presidentes de Latino América. En la tarde del 2 de Abril una Cureña militar desplazo su cuerpo hasta el Cementerio de la Recoleta, donde fue enterrado. Todo el trayecto fue una larga procesión de miles y miles de argentinos que querían darle su último adiós. ¿Pero quien fue Alfonsin? Todos lo recuerdan con conceptos como, un hombre honrado, de convicciones democráticas, con una gran capacidad de dialogo, búsqueda de consenso, reconocimiento del otro. Pero esto que tendría que ser natural en todo político, en estas épocas de individualismos aparece como algo excepcional. Tanto es así que el ex presidente Néstor Kirschner se refirió de Alfonsin como “una persona indiscreta porque siempre decía lo que pensaba algo que en política no se debe hacer”. Sus convicciones democráticas atravesaron todos los cargos electivos desde Concejal a Presidente de la Nación. Con el golpe militar de 1976 se inicio un periodo de terror, dolor y muerte siendo en ese tiempo uno de los fundadores de la Asamblea Permanente de los Derechos Humanos organismo creado para asistir a los presos políticos, para denunciar y buscar a los que desaparecían. En esos años no fueron muchos los políticos que pusieron su cuerpo en la búsqueda de la verdad y la justicia. Como presidente hizo juzgar a las Juntas Genocidas Militares siendo este hecho político un verdadero Nuremberg Argentino. A pocos meses de asumir sufrió 13 paros salvajes de la oposición sindical, varios alzamientos armados de militares carapintadas que buscaban de retornar al pasado o conseguir prebendas a sangre y fuego. Recibió un país en default con una deuda externa y niveles de desocupación como nunca antes había habido en Argentina. Fueron demasiados frentes abiertos, hasta que finalmente cuando deja el Gobierno planteo al pueblo “no supimos, no pudimos, no quisimos” sintetizando la lucha encarnizada que padeció en esos años. Hoy a mas de 20 años el pueblo de la nación argentina lo entroniza como un hombre honesto, buscador constante del dialogo, constructor de la democracia incipiente, injusta pero democracia al fin. Su ideario socialdemócrata ha marcado a la Republica Argentina y seguramente la construcción de la Republica y de una verdadera Democracia será posible. En 1984 lanzo la consigna LA DEMOCRACIA NO ES SOLO VOTAR, CON LA DEMOCRACIA SE COME, SE EDUCA, SE VIVE. Han pasado 25 años y todavía no es realidad porque aun tenemos pobreza y desocupación será tarea de los argentinos demócratas concretarla.