Hacia fines de los ’60, cuando Italia terminó de incorporarse de su estrepitosa caÃda a causa de la guerra, cuando aparentemente ya no necesitaba del apoyo de sus emigrados y de las grandes encomiendas, que afortunadamente desde Latinoamérica, tal vez por ser más pobres quienes las enviábamos, eran más generosas y llevaban no lo que sobraba sino lo que se compartÃa, cuando Italia se ponÃa en pie, digo, como una gran nación, hubo quienes comprendieron la situación. Se acercaron entonces a nosotros desde Italia, aportaron la ayuda , el apoyo y la gratitud de los italianos, creando una gran red solidaria de asociaciones que buscaron en cierto modo, algunas mejor que otras, de gratificar a los italianos que debieron dejar la Patria y a sus hijos que crecieron en la nostalgia permanente del bien perdido por sus progenitores. Andando el tiempo, y cambiando la historia de los pueblos y del mundo en general, llegamos a este momento .Ahora esa gran red puede convertirse en una herramienta eficaz para establecer relaciones entre Italia y los paÃses donde los italianos emigraron. Hablamos de relaciones comerciales, polÃticas y también sociales. Hablamos de la emigración como un inmenso recurso, incalculable su valor en lo económico, pero también notable en lo cultural. Este es el momento en que debemos dar esa pequeña vuelta a la rueda del destino de las asociaciones para convertirlas en vehÃculo entre la realidad italiana de los paÃses de la emigración y la realidad de Italia. Y viceversa. En este momento, tan importante, estamos ante una decisión polÃtica de un grupo de Resentidos que se han puesto al frente del Gobierno italiano, y que se muestra como único interprete de la voluntad de su pueblo, un pueblo que , sufriendo como sufre, sobre sus propios hombros, la consecuencia de una crisis más dura cuanto menos esperada, no está en condiciones de percatarse del gran daño ocasionado a sus connacionales en el exterior. Es por ello que debemos acompañar la protesta de los italianos contra los recortes sobre todo a los pensionados, contra el irrespeto de las leyes vigentes y contra la falta de solidaridad hacia los ancianos, sean de dentro o de fuera de Italia, aunque el castigo es mayor para los de afuera, como si fuéramos culpables de haber tenido que partir, algunos a elección de nuestros padres( que no tuvieron otra alternativa que elegir la emigración), otros por elección propia determinada por el hambre y la falta de trabajo. Amigos italianos, mañana 10 de diciembre, acompañemos las protestas que se sucederán en todo el mundo, de presencia , o haciendo llegar nuestro apoyo a los consulados vÃa email o por carta. Gracias.
Antonina Cascio,
 Presidente USEF Mza y vocera de la Dirección USEF en Argentina.