(Virginia Quezada). Etimológicamente viene del griego xenos que significa “extranjero”, y fobia “aversión”. La xenofobia ha sido materia de prolijos estudios científicos, que revelan que es parte del comportamiento animal, en muchas especies de mamíferos superiores gregarios, especialmente en los chimpancés. Desgraciadamente en la raza humana,

este comportamiento no es una excepción, y de acuerdo al desarrollo histórico y sociológico, se asimila al concepto de “racismo”, por tanto, se constituye en si mismo como una “ideología” del rechazo y la exclusión de toda identidad cultural distinta a la propia. La xenofobia como fenómeno del comportamiento social del hombre actual, mayoritariamente rechaza y excluye a los extranjeros por motivos: históricos, culturales, religiosos, llegando a constituir el más alto prejuicio en este ámbito, la diferencia de razas y/o etnias. La xenofobia se manifiesta con mayor intensidad en individuos de características psicológicas muy particulares, que los llevan a experimentar sentimientos negativos como el odio y el rechazo a otros seres humanos, que desembocan finalmente en actos concretos de extrema violencia racial. Todo lo señalado precedentemente, es el antecedente académico de lo ocurrido a un grupo de 12 compatriotas chilenos, residentes en la ciudad de Pensacola, del Estado de Florida , USA, quienes el día 26 de febrero en la madrugada, fueron acribillados en su casa, por un desquiciado ciudadano estadounidense, DANNIE ROY BEKER, xenófobo por propia confesión, quien disparo con un rifle calibre 30, hacia el interior del recinto donde se encontraban los 12 jóvenes chilenos y un peruano, matando a dos de ellos: Nicolás Corp y Racine Balbontin, y dejando heridos de gravedad a otros cinco. Todos eran jóvenes estudiantes universitarios que viajaron al país del norte mediante un programa de intercambio que les permitía trabajar y estudiar, para superarse en conocimientos y experiencia. El sueño de ellos fue brutalmente destruido. Este acto criminal ha provocado en nuestro país sentimientos de profundo dolor y solidaridad para con las familias de las victimas, quienes ya han viajado a cuidar a sus enfermos y los más afectados, a realizar todas las gestiones necesarias para traer de vuelta a Chile los cuerpos de los dos jóvenes asesinados.